jueves, 5 de febrero de 2009

Las apariencias engañan

Yo estaba muy feliz, la vida me sonreía en todos los aspectos tanto el personal como el profesional. Mi novia y yo habíamos andado más de cinco años juntos y decidimos casarnos. Mis padres nos ayudaron en toda forma posible, mis amigos me apoyaban, ademas mi novia era un sueño de mujer para cualquier hombre, atractiva y con mucho carisma.

Solo había una cosa que me molestaba mucho, y era la mejor amiga de mi novia. Era inteligente y sexy, y a veces flirteaba conmigo, lo que me descolocaba enormemente, nunca en mi vida me había visto en una situación similar y yo por supuesto tenia conpletamentes claros mis sentimientos.

Un día, la amiga de mi novia me llamó al móvil y me pidió que fuera a su casa a ayudarle con la lista de los invitados a la boda, quería confirmar algunos regalos para no duplicarlos. Así que fui para allá. Subí las escaleras del portal con un extraño presentimiento y justo en el humbral de la puerta de su apartamento, apunto estube de darme media vuelta. Ella estaba sola, y cuando pase al interior y sin casi darme tiempo a quitarme el abrigo, me susurró directamente y sin mas tiempo que perder, que, ya que me iba a casar con su mejor amiga, y tomando en cuenta que ella tenia ciertos sentimientos y deseos intimos hacia mi persona, y que ya no podía aguantarse mas porque yo le gustaba realmente; y que antes que me casara y comprometiera mi vida a su mejor amiga, quería hacer conmigo el amor una sola vez.

¿Que podía decir?. Estaba totalmente sorprendido, y no pude articular ni una sola palabra. Así que me dijo: 'Iré al cuarto, y si tu lo deseas, entra y me tendrás.' Admire su maravilloso trasero mecerse al subir las escaleras. Me levante del sillón y estuve así, de pie, por un momento, quizas un minuto pensativo. Me di vuelta y fui a la puerta de entrada, la cual abrí, y salí a la calle, me dirigía a mi coche cuando descubro una escena increíble.

Mi novia estaba alado de mi coche, con lágrimas en sus ojos, me abrazo como nunca antes lo había echo y me dijo, 'Estoy muy feliz y orgullosa de ti. Has pasado mi pequeña prueba. No podía tener a un mejor hombre como esposo'.



MORALEJA: Deja siempre tus condones en el coche.

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